Es importante destacar que la Universidad ha tenido que afrontar una etapa difícil en cuanto a recursos financieros, por una serie de factores que se explicaron en este  informe.  A pesar de ello, la administración ha respondido y mantiene la estabilidad laboral de los funcionarios, así como, la atención de necesidades e intenciones académicas.  Por otra parte, nuestra matricula ha sido creciente y se han atendido los diversos  compromisos institucionales de cobertura y equidad para  con nuestros estudiantes.

Como se puede notar, la situación financiera de la Institución continúa siendo crítica, con la salvedad de que las curvas de crecimiento reflejan una mejora importante.  Sin embargo, se deben redoblar esfuerzos para disminuir el déficit presupuestario, y así, en dos o tres años lograr mejores indicadores presupuestarios, buscando la estabilidad económica para enfrentar los desafíos institucionales.

Se ha logrado efectuar inversiones en áreas estratégicas de la universidad, como en Centros Universitarios y la sede Central, aun cuando se atendieron imprevistos como los  que causó el temblor del año anterior que afectó principalmente el edificio A.

Se ha mantenido en forma sostenida la inversión base en tecnología, con el fin de mantener los sistemas, las plataformas y los servicios funcionando en óptimas condiciones y se construyeron propuestas estratégicas y prospectivas para inversiones  que serán financiadas de acuerdo con la negociación del FEES vigente.

Se ha dado prioridad a aspectos estratégicos para la universidad, como son los procesos de acreditación universitaria y se ha fortalecido e incentivado nuevas propuestas en las diferentes áreas de la universidad como en investigación, extensión y producción de materiales.