Autor: Julián Monge Nájera, Ecólogo y Fotógrafo

 

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Gracias a que unos pocos sobrevivieron a la gran matanza del siglo 19, hoy podemos ver manadas de bisontes cruzar majestuosamente unos pocos arroyos de América del Norte. El ecólogo Dwayne W. Meadows se preguntó qué efecto puede tener el pisoteo de miles de cascos sobre los caracoles y otros pequeños animales que viven en esos arroyos. Y no solo se lo preguntó, sino que se fue a averiguarlo a una isla del Gran Lago Salado, en Utah.

Bisontes en el Salvaje Oeste. Fuente: Wikimedia.

La Isla del Antílope, en el Gran Lago Salado de Utah, es una reserva natural con toda la fauna que asociamos con el viejo oeste, como coyotes, tejones, puercoespines y bisontes. Pero también hay habitantes que, aunque tienen gran importancia ecológica, no aparecen en las películas de vaqueros, como los caracoles de los riachuelos, ríos y pantanosque, como parte del ciclo de parásitos del ganado, jugaron un papel poco mencionado en la historia del viejo oeste¹.

Para comprender el efecto de los bisontes sobre los caracoles y otros organismos de agua dulce, el ecólogo Dwayne W. Meadows comparó partes de los arroyos por donde pasan bisontes, con otras más tranquilas. Encontró que, aunque en general ambas partes tienen las mismas especies de invertebrados, si se mira con atención hay diferencias importantes. Las pezuñas de los bisontes muelen la arena y las piedrecillas, matan plantas y animales acuáticos, y aumentan la cantidad de sedimento disuelto en el agua. Unas especies sufren, pero otras se benefician de estos cambios en el microhábitat. 

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En mi libro de bocetos: las tres especies de esta historia.

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Physella gyrina. Fuente: Roy Anderson.

Un ejemplo de las especies que se benefician del paso de los bisontes son los caracoles del género PhysellaPhysa (tal vez Physella gyrina, común en la zona, aunque el Dr. Meadows no identificó la especie): este caracol vive mejor en aguas algo lodosas, que son más ricas en las algas y desechos que le sirven de alimento. 

Por otra parte, los caracoles del género Stagnicola (tal vez Stagnicola montanensis, propio de la región) escasean donde cruzan los bisontes; son más comunes en las partes tranquilas de los arroyos, donde la arena es gruesa, el agua limpia y la vegetación acuática más densa, características que, gracias al trabajo de otro malacólogo estadounidense, Dwight W. Taylor, se sabe que los favorecen². 

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Stagnicola montanensis. Fuente: G y Ph. Poppe.

Para mí fue muy agradable, al preparar este artículo, hallar que el Dr. Taylor, a quien conocíamos en Costa Rica como “don Guillermo”³, hubiera hecho este estudio justo cuando yo era un niñito que apenas comenzaba a hablar. ¿Quién hubiera imaginado que décadas después nos conoceríamos, y yo ayudaría a editar su magnífica monografía sobre los caracoles físidos del mundo?⁴. 

 

Publicado originalmente en Blog Biología Tropical: 13 de agosto 2020

*Editado por Zaidett Barrientos, Katherine Bonilla y Carolina Seas.

 

REFERENCIAS

¹ Meadows, D. W. (2001). Effects of Bison trampling on stream macroinvertebrate community structure on Antelope Island, Utah. Journal of Freshwater Ecology16(1), 83-92.

² Taylor, D. W., et al. (1963). Freshwater snails of the subgenus Hinkleyia (Lymnaeidae: Stagnicola) from the western United States. Malacologia, 1(2), 237-281.

³ Barrientos, Z., & Springer, M. (2007). Dwight Willard Taylor, "Don Guillermo". Revista de Biología Tropical55(1), ix-xii.

⁴ Taylor, D. W. (2003). Introduction to Physidae (Gastropoda: Hygrophila); biogeography, classification, morphology. Revista de Biología Tropical, 1-287.