Con la puesta en marcha del Plan de Desarrollo Académico (PDA), se inició un proceso de orientación de las funciones sustantivas de la academia, tales como el fortalecimiento de la modalidad a distancia y el cumplimiento de la misión en cuanto a la priorización de la población en mayores condiciones de vulnerabilidad.

 El PDA contempla cuatro dimensiones: Mediación Pedagógica, Evaluar para Aprender, Territorialidad Académica y Tecnologías Digitales para el Aprendizaje, a las cuales se abocará la docencia, la investigación, la extensión y la producción de materiales como parte fundamental del quehacer académico.

En la figura No. 1 se esquematiza el modelo teórico del PDA; donde la academia es el centro de la actividad de la universidad con sus cuatro funciones fundamentales: docencia, investigación, extensión y producción de materiales, en la cual la gestión académica, la ética y la rendición de cuentas deben ser procesos constantes entre ella (la academia) y las cuatro dimensiones prioritarias de este plan.

El Plan de Desarrollo Académico se basa en los siguientes principios:

• Orientar la dirección de la academia en sintonía con su entorno.
• Potenciar la labor crítica de la academia involucrando en su implementación académicos, investigadores, extensionistas y estudiantes, en los procesos sociales que construyen el futuro de nuestra comunidad educativa.
• Buscar, valorar y explotar las ventajas competitivas del aprendizaje a distancia como modalidad diferenciadora.
• Conseguir la estabilización pero sobre todo la evolución de la academia.
• Mantener en su implementación su nivel participativo, que procure la corresponsabilidad de todo el conjunto de unidades y núcleos operativos de la institución.
• Planificar la calidad de los servicios, estableciendo reglas de competencia, generalmente asumidas y estables.