Ciudad de México, 7 de junio de 2017


1. ¿Podría explicar brevemente a los lectores del Boletín “OCEX – Informa” la importancia del enfoque de apoyo a la producción desde los encadenamientos de valor?


La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha venido señalando desde 2010 que los gobiernos de la región deberían enfocar su agenda del desarrollo en el combate a la desigualdad. América Latina es la región más desigual del mundo, y Costa Rica no escapa a esta realidad.


La desigualdad tiene su expresión en la heterogeneidad estructural de la economía: coexistencia de sectores y de regiones modernas de alta productividad con sectores y regiones atrasadas y de baja productividad. Desde la CEPAL, se ha propuesto enfrentar la heterogeneidad estructural y por lo tanto la desigualdad, a través de propuestas económicas que promuevan cambios en las estructuras productivas, es decir la reasignación de recursos hacia actividades o sectores de mayor valor agregado y mayor productividad. Este cambio estructural requiere del fortalecimiento de las capacidades y la competitividad de los sectores existentes con potencial para incorporar progreso técnico, y diversificar la estructura productiva mediante la creación de nuevos sectores de alta productividad.

 
El análisis de las cadenas de valor permite identificar tanto los cuellos de botella en las cadenas que inhiben las mejoras en productividad, como los eslabones en donde es factible incrementar el valor agregado. El fortalecimiento de la cadena de valor permite un escalamiento productivo de los sectores que participan en la cadena, pero también un escalamiento social, entendido como la mejora de las condiciones sociales de los trabajadores que participan en los diversos eslabones productivos. Finalmente, para que el cambio estructural tenga un impacto significativo en la reducción de la desigualdad, el fortalecimiento de la productividad de las pequeñas y medianas empresas (pymes) se convierte en un elemento central.


La CEPAL ha desarrollado y puesto en práctica una metodología enfocada en cadenas de valor, que ha permitido identificar estrategias de intervención focalizadas y líneas de acción articuladas. Esta metodología tiene tres características: a) se realiza en un plazo corto (nueve meses en promedio), cuyo resultado es un lanzamiento de iniciativas públicas concretas de fortalecimiento con el apoyo de los gobiernos, centrales y locales; b) es una metodología participativa y en todas las etapas del proceso trabajan conjuntamente funcionarios de los gobiernos locales y de la CEPAL e incluso organismos empresariales, y c) la metodología busca la creación de capacidades locales a través del involucramiento cercano de funcionarios públicos, junto con la organización de talleres de capacitación, de manera que se pueda transferir la metodología y ésta pueda replicarse en otras cadenas de valor.

 
Esta metodología es flexible de manera que pueda aplicarse a diferentes contextos: cadenas de valor rurales, cadenas de valor de servicios, cadenas de valor con alta participación de pymes o con alta concentración de pocas grandes empresas, etc. Se permite evaluar cadenas de valor a diferentes escalas territoriales, haciendo un análisis a nivel nacional, por región de planificación o incluso a nivel subregional entre países. Además, debe permitir a las autoridades públicas, identificar áreas de acción y conducir al diseño de políticas públicas para incidir en dichas áreas. En este sentido, el método ha probado ser muy efectivo.

 
En el caso costarricense, el fortalecimiento de las cadenas de valor en las que participan las pymes implica dos cosas: mejorar su productividad y fortalecer sus capacidades de innovación. Solo incidiendo en ambos elementos se puede lograr un cambio estructural con impacto significativo en la reducción de la desigualdad.

 

2. ¿Cuáles son los antecedentes de la colaboración de CEPAL con los proyectos de apoyo a las cadenas de valor de Pymes en Costa Rica?


Desde 2013 la CEPAL ha venido trabajando en Centroamérica en el fortalecimiento de cadenas de valor, y transfiriendo la metodología a gobiernos, municipios y cooperantes de diversa naturaleza, con miras a facilitar la replicación del método. El trabajo se ha desarrollado principalmente en El Salvador, Guatemala, y la República Dominicana. Se ha trabajado de manera conjunta con los gobiernos y el sector privado en el estudio y diseño de estrategias para diez cadenas de valor en esos países: camarón de cultivo, fibras sintéticas-ropa deportiva, snacks nutritivos, tomate y chile dulce, y turismo rural en El Salvador; hortalizas, maderas finas y turismo en Guatemala; y lácteos y turismo en la República Dominicana. Más recientemente se ha trabajado con la cadena de embutidos de cerdo en México.

 
En Costa Rica la CEPAL tuvo una experiencia muy importante con el desarrollo de una cadena de valor de la mano de PROCOMER y CITA-UCR. Se contó con el apoyo de AUGE y se concretó a través de un proyecto de emprendimiento denominado SINERGIA, en el que participan CITA y la Cámara de la Industria Alimentaria (CACIA). Se trató del primer caso en el que se partía desde la ciencia con miras a crear una nueva cadena de valor. En todos los casos anteriores se partía de cadenas existentes en las cuales se quería incidir para fortalecerlas. En este caso se identificó una tecnología para realizar frituras al vacío que permite frituras de diversos productos con menor concentración de grasa y dado que se realiza a menor temperatura, se conservan muchas de las propiedades originales de los productos. Se hicieron estudios de factibilidad técnica, económica y ambiental, así como de potencial exportador.

 
A partir de 2016, con el entusiasta apoyo de la Fundación CRUSA, la CEPAL y el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) inició un proyecto para apoyar el fortalecimiento de dos cadenas de valor en el Pacífico Central costarricense, con especial atención en la incorporación de pymes y a la transformación de productos con mayor valor agregado.

 

3. Háblenos de la experiencia de CEPAL con las cadenas de valor de miel y papaya en Costa Rica y sus principales “lecciones aprendidas”


El proyecto inició con la definición de meta-objetivos y se hizo un diagnóstico de los sectores productivos del Pacífico Central que podrían cumplirlos. Los meta-objetivos definidos fueron el potencial de generación de empleo, participación de pymes y potencial de transformación del producto hacia productos de mayor valor agregado. Se hizo un mapeo de la estructura productiva de la región y se identificaron 16 cadenas con alta participación de pymes, capacidad de generar empleo y transformar sus productos a otros de mayor valor. Se optó por la cadena de la miel y productos derivados de la colmena, y de la papaya. Con miras a replicar la metodología de fortalecimiento de cadenas de valor a otras cadenas en la región, se realizaron diversas capacitaciones sobre la metodología de CEPAL a distancia –video conferencias– así como un taller desarrollado en las instalaciones del MEIC para más de 60 personas de diversas entidades públicas y privadas.

 
El proceso de diagnóstico de las cadenas contó con la participación de diversos especialistas de instituciones públicas y privadas, es el caso de las reuniones con canales de comercialización como Automercado y Walmart. En el caso de la papaya hubo un diálogo constante con productores líderes de la región incluyendo COOPEPARRITA; Oro Verde, la Asociación Agrícola Ancla y la Cámara Nacional de Papaya. Este diálogo se realizó en el marco del Programa de Investigación y Transferencia Tecnológica Agraria (PITTA) que para el caso de la papaya sirve como articulador de las necesidades del sector. En la cadena de miel se tuvo participación de las asociaciones de apicultores en Jicaral, Esparza, Guacimal, y Bajo Caliente, pequeños productores independientes, y la Cámara Nacional de Fomento de la Apicultura (CANAFAPI). Además de conseguir un diálogo activo con pymes y asociaciones de productores que trabajan con productos transformados derivados de la colmena como cremas, champús, polen, propóleos, vinos de miel, jalea real, entre otros productos.

 
El año pasado tuvieron lugar las primeras mesas de diálogo en las cuales se presentaron los resultados del diagnóstico de las cadenas, se obtuvo retroalimentación de los participantes, tanto del sector público como privado, se validaron las restricciones identificadas, se presentaron los pasos a seguir, así como un primer esbozo de compromisos.

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La Ministra de Economía, Industria y Comercio de Costa Rica (MEIC), Geannina Dinarte subrayó, a partir de los diagnósticos que preparó la CEPAL, las principales restricciones que enfrentan las pymes para innovar y transformar sus productos y convocó a una reunión con actores de alto nivel del sector público y académico en marzo de este año. En dicha reunión se acordó trabajar, bajo el liderazgo y rectoría del MEIC, en una estrategia de apoyo para la innovación y transformación de productos de las pymes en el Pacífico Central costarricense. Este acuerdo es de gran importancia porque crea un mecanismo de coordinación interinstitucional que es la base de del apoyo para el desarrollo de productos que recibirán las pyme.

 
Con el apoyo del MEIC y en diálogo con los productores, se identificaron algunos productos con potencial de valor agregado en las dos cadenas. Se diseñó una estrategia basada en los acuerdos a los que se llegó en la reunión con actores de alto nivel del sector público y académico y la propuesta se validó en la segunda ronda de mesas de diálogo en abril pasado, en la que se crearon grupos de desarrollo de producto. Éstos apoyarán y darán seguimiento al proceso creativo de productos de mayor valor agregado. La estrategia se basa en aprovechar los programas de investigación y las capacidades de transferencia de tecnologías de la academia costarricense y vincularlos con las necesidades de las pyme al tiempo que otras instituciones públicas dan diversos apoyos según las necesidades identificadas. En otras palabras, la estrategia pone en operación la triple hélice del desarrollo en Costa Rica para las pyme.

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Se ha identificado que una de las principales fortalezas de Costa Rica es su robusta institucionalidad –con capacidad de innovación, educación, regulación, etc.– y que una de sus mayores debilidades la desarticulación entre el Estado, la Academia y sus centros de I+D, y los empresarios. Siguiendo el modelo de la triple hélice se ha logrado crear un mecanismo exitoso de colaboración entre las instituciones públicas, el sector privado y las universidades costarricenses, y se han alineado las capacidades de investigación e innovación con los proyectos del sector productivo y con el acompañamiento del sector público.

 
Se han creado, bajo el liderazgo institucional del MEIC, “grupos de desarrollo de producto” que reúnen a empresarios de cada cadena con propuestas de productos innovadores, a los centros de investigación de las universidades que pueden apoyarles, y a otras instituciones relevantes para cada caso, como PROCOMER, el Ministerio de Agricultura (MAG), el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), entre otros. Cada grupo cuenta con un plan de trabajo y con el apoyo de las instituciones capaces de ejecutarlo para consolidar la formalización de las empresas, el fortalecimiento de capacidades empresariales, estudios de mercado, diseño y desarrollo de productos, registros sanitarios y de salud, empacado, desarrollo de marcas y mercadeo.

 

4. ¿Qué sigue? ¿Qué conclusiones de podría sacar de esa experiencia en términos de políticas públicas?


La experiencia en Costa Rica deja al menos cuatro lecciones claras:

• La primera es que existe gran capacidad innovadora en las pymes costarricenses. Las pyme en este país tienen ideas y espíritu emprendedor para desarrollarlas.

• La segunda es que existe una institucionalidad robusta para el desarrollo de productos y su puesta exitosa en el mercado, pero que una de sus mayores debilidades es su desarticulación tanto con las pyme como con las organizaciones públicas.

• La tercera lección subraya la importancia de articular las acciones públicas y privadas de apoyo a las pyme, y cuando de innovar se trata, se requiere la participación de los centros de investigación del país.

• La cuarta lección se refiere a que los grupos de desarrollo de productos que son un mecanismo eficiente que facilita el funcionamiento de la triple hélice. Estos deben ser flexibles para poder adaptarse a las diversas cadenas, a los productos concretos, a las diversas instituciones que participan, etc. y no deben perder de vista que el objetivo es un producto de mayor valor y con capacidad de triunfar en el mercado.

Finalmente, lo que sigue: el diseño de la política pública requiere mejoras y ajustes continuos para lograr los objetivos propuestos. Se trata de un proceso sin fin que debe ajustarse a las necesidades cambiantes, cada vez más sofisticadas, de los productores. Por esta razón es necesario replicar muchas de veces a lo largo del territorio nacional estas experiencias, con la flexibilidad suficiente como para que se adecúe a cada contexto y cada industria. En CEPAL creemos que en Costa Rica cuenta ahora con un método para el fortalecimiento de cadenas de valor el que conjuntamente con mejoras en los procesos de comercialización pueden desembocar en nuevos productos, enfoques de mercadotecnia, formas de distribución e incluso nuevos mercados.

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