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POR VELIA GOVAERE - ACTUALIZADO EL 27 DE MARZO DE 2017 A: 12:00 A.M.

http://www.nacion.com/opinion/foros/abismo-acecha_0_1624037582.html

Vivimos una situación de pérdida de representatividad política, de orfandad partidaria

Holanda respira apenas y, con ella, Europa, sobre cuyo cuello todavía resopla el aliento nauseabundo de la bestia negra, xenófoba y antieuropea. Frenó a Geert Wilders una participación masiva en las urnas y con eso puso una brida temporal al populismo desbocado, pero en los Países Bajos realmente no se jugaba el peligro de un régimen nacionalista y aislacionista, sino solo su ascenso.

Incluso con más votos, Wilders no habría podido formar gobierno. Tampoco perdió terreno, pues ganó cuatro escaños. Un mejor desempeño le habría ofrecido solo unos asientos más, pero, claro, mayor susto a Europa.

Pasado este incómodo trance, la batalla decisiva será en Francia. Ahí sí que se juega la supervivencia del euro y de la Unión Europea, así como de los valores que definen una democracia pluralista y tolerante. Por eso las próximas elecciones francesas concentran todas las miradas. Otra vez queremos pensar que lo improbable es imposible, paso mental poco juicioso que quiere influenciar las probabilidades con la fuerza de los deseos.

Esta vez, de nuevo a nuestro gusto, las encuestas nos dicen que Marine Le Pen perdería, en segunda vuelta, contra Emmanuel Macron, pero esos bálsamos lenitivos no deberían tranquilizar nuestros ánimos. Ya hemos vivido victorias de lo inverosímil y deberíamos haber aprendido a mirar más allá de lo evidente. Así que podemos llevarnos otra sorpresa desagradable que cambiaría de un cuajo todas las premisas del orden político establecido. Ese terremoto abriría una predecible caja de Pandora: echaría por tierra el proyecto comunitario, dislocaría el euro, precipitaría un caos financiero y desencadenaría inestabilidad política en todo el mundo.

Sentimientos anti-UE. Aun si Le Pen fuera detenida, su empuje nos dice algo insólito, y eso nos debería, por sí mismo, poner los pelos de punta: la xenofobia y la animosidad contra la Unión Europea congregan ya, bajo esas banderas, al partido más grande en la patria del racionalismo cartesiano. Eso es una muestra alarmante del deprimente estado de la situación política europea.

Incluso con la derrota de Le Pen, los peligros hacen cola, en elecciones sucesivas. Le sigue Alemania con un ascendente AfD que, si todavía no despierta preocupación, es peligro creciente. Luego viene Italia, con una amenaza cada vez más estructurada del Partido Cinco Estrellas. Cada pieza de ese terrible dominó espanta con el derrumbe de un sueño que cumple 60 años, desde el tratado de Roma, en 1957.

Detener a Le Pen saca a Europa de cuidados intensivos, no del hospital. Estamos en sociedades enfermas de ideales humanistas perdidos, donde, en medio de corrupción y abandono de banderas, se desintegra el sentido de pertenencia político-partidista, se rompe la cohesión social y queda colgando del aire un caudal ciudadano que no se siente representado en el orden político. ¿Suena familiar?

Derrumbamiento. Hablando de desencantos partidarios, si Wilders no ganó, quien realmente se derrumbó fue la socialdemocracia holandesa (PvdA), que fue otrora el primer partido y está hoy a la cola, detrás de casi todos los que tienen representación parlamentaria.
Eso ocurrió después de haberse asemejado al neoliberalismo del partido de Rutte, precarizando la estabilidad laboral. Holanda, con el menor desempleo de Europa, es también primera en empleos temporales, donde para hacer un ingreso se necesitan dos o tres trabajos parciales.

No desaparecieron los temas tradicionales, sino los paladines de una izquierda asimilada a la derecha, que dejó orfandades enteras de representatividad obrera, alimentando las hordas populistas.

Eso ocurre también en Francia, donde Hollande asumió el estandarte de Sarkozy, queriendo imponer una flexibilidad laboral a la neerlandesa, lo que hizo que se desplomara la popularidad del socialismo francés.

Por su parte, en esa avalancha de decepciones, la derecha no esperó las elecciones para mostrar su vieja corruptela, representada, esta vez, por el insultante nepotismo de Fillon. Eso dejó enormes espacios vacíos de decencia básica y de representatividad política, suelo fértil donde se abonan todos los abandonos, con sus miedos y prejuicios.

Allá y aquí, vivimos una situación de pérdida de representatividad política, de orfandad partidaria, donde las agrupaciones tradicionales ya no tienen arrastre ni credibilidad.

El viejo antagonismo entre la justicia social y el capitalismo “puro y duro”, preconizados por partidos que se reclamaban de izquierdas o derechas, vieron cómo se desdibujaban sus líneas divisorias, mientras los temas sociales perdían quijotes.

Los viejos ideales de equidad social y acceso a oportunidades aparecen con el formato de nuevas rebeldías que ven ahora la luz del día. Ahí está, entre otras, la revuelta de las periferias contra las ciudades, las brechas regionales contra las metrópolis, concentración de los desequilibrios.

Cinturón industrial. Es el rust belt americano en tierras francesas. El apoyo a Le Pen es directamente proporcional a la lejanía de los grandes centros urbanos y al nivel educativo de los votantes, también menor según su distancia de las ciudades. Basta con una separación de 50 kilómetros desde cualquier ciudad mediana para que gane Le Pen.
En los mismos Estados Unidos, no todas las fábricas que se fueron tomaron rumbo a China. Muchas simplemente emigraron a las costas, donde los demócratas siguieron ganando, como en todas las ciudades mayores a un millón de habitantes.
Macron, un outsider de los partidos tradicionales, puede salvar el día en Francia. Pero su pobre estructura partidaria le priva de los operadores parlamentarios que necesita para poder implementar las transformaciones que propone.

Su popularidad es producto más del vacío existente que de sus propuestas. Si triunfa y no resuelve, el ascenso del neofascismo seguiría con su cabeza erguida y aún más amenazante. Mientras sigan sin resolverse los problemas de fondo, con cada nueva cita electoral, volverá a trepidar el abismo que nos acecha, aquí y allá.

 

La autora es catedrática de la UNED.

  

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POR VELIA GOVAERE - ACTUALIZADO EL 13 DE MARZO DE 2017 A: 12:00 A.M.

http://www.nacion.com/opinion/foros/medida-deseos_0_1621237868.html

Los tiempos cambian, estamos apenas en los inicios del movimiento de retorno del péndulo

Una sorpresa se define como la reacción a lo imprevisto o incomprensible. Lo que no esperamos revela casi siempre lo que no vemos. Son los puntos ciegos del alma. Aquel lugar que nos sacude de la comodidad de lo evidente y nos debería empujar a abrir los ojos. Pero si lo mismo nos sigue sorprendiendo, eso habla más de nuestras resistencias que de la realidad que nos asombra.

La renuencia que tenemos a salir de la comodidad de nuestros marcos habituales de referencia nos deja incapaces de entender. Muchas veces hacemos pronósticos con el poco crítico instrumento de nuestros deseos.

Obstinados e inclementes, los hechos nos echan en cara nuestra propia inercia mental. Cuando una sorpresa se repite y se repite, debemos aceptar que tenemos interiorizada una resistencia a aceptar la realidad, incrustada en la construcción de nuestros supuestos de base.

Para entender, debemos comenzar por hacer una deconstrucción de aquello que, por creerlo evidente, nos dejó vulnerables a la sorpresa.

Globalización. Si el brexit, primero, y la victoria de Trump, después, fueron inesperados, es precisamente porque en las profundidades subterráneas de la realidad aparente se movían corrientes poderosas que escapaban a nuestra debida comprensión. Sería el colmo, frente al contraste que existe entre lo que ocurre y lo que esperábamos, que le echemos la culpa a la terca e insensible realidad.

La globalización, con todo lo positiva y, a la larga, definitiva que es, alimentaba y alimenta aspectos contradictorios que, al no ser debidamente atendidos, se han acumulado hasta crear una marejada que arriesga descarrilar los vagones de progreso en los que viajamos.

Si el presidente Trump fuera un fenómeno solamente local, a contrapelo de las tendencias internacionales, sus intenciones estarían condenadas al fracaso. Eso es lo que deseamos quienes defendemos un mundo abierto y colaborativo.

Por tener esos deseos, se da más peso a las encuestas que hablan de su impopularidad que a las que muestran un 40% de norteamericanos que creen que su país va en la dirección correcta. Wall Street también galopa sobre ese optimismo, mostrando que el fenómeno Trump no es pasajero.

Reacción popular. Si el triunfo de Donald Trump es un fenómeno típicamente norteamericano, también es expresión de una oleada de contragolpe internacional, como reacción a impactos negativos no suficientemente enfrentados de la globalización.

Entre ellos están la pérdida de empleos en zonas manufactureras, por movimientos de empresas en busca de menores costos. También, el universal crecimiento de la desigualdad, alimentado por la ausencia de regulación financiera. Afecta, además, el escape de las ganancias de multinacionales a paraísos fiscales.

La misma crisis del 2008 fue causada por una amalgama de estos factores y desencadenó esa oleada que hoy llega a todas las costas.

Transformación. Parte de las tendencias corresponden también a una transformación de las condiciones de eficiencia de costos asociados a la automatización en los países desarrollados. Eso refuerza una tendencia al retorno de capitales, que Trump ha prometido promover con políticas de atracción de inversiones, repatriación de capitales, alta inversión pública y privada en infraestructura, disminución de impuestos y eliminación de regulaciones.
No olvidemos que desde antes de Trump los republicanos ya habían sometido un proyecto de ley, el Border adjustment tax (ajuste de impuesto en frontera) que fomenta las cadenas nacionales en detrimento de las cadenas internacionales de valor.

Todo eso nos permite comprender el relativo optimismo de las encuestas reflejado en los mercados de valores, más bien estimulados que amenazados por las perspectivas económicas de la nueva administración.

Dentro de esas tendencias generales, cuyo peso no hemos podido o querido aceptar, la gestión de Trump juega un papel contradictorio.

En la medida en que sus políticas refuerzan tendencias preexistentes, su presidencia puede verse fortalecida. Pero la forma controversial y atípica con la que asume todos los temas crea un entorno de división y oposición, nacional e internacional, frente a su mandato.

Asuntos polémicos. Ahí entra el muro con México, el abandono de los acuerdos de París, la eliminación de regulaciones contra la contaminación de acuíferos por la explotación de carbón, el fomento de oleoductos en zonas protegidas, la prohibición de ingreso de nacionales de varios países de mayoría musulmana, el debilitamiento de la estructura tradicional de alianzas estratégicas de los Estados Unidos y el entorno de nacionalismos enfrentados que propone.

Todos esos factores forman un entorno de tensiones que están congregando, como nunca antes, una de las oposiciones sociales y políticas internas más compactas que haya tenido presidente alguno, desde la guerra de Vietnam. Esto se agrava con el enfrentamiento constante con la prensa, el desarrollo de “verdades alternativas” y la espada de Damocles de sus posibles relaciones preelectorales con Rusia.

En el campo internacional se vive el mismo panorama de alarma. El presidente del Consejo Europeo calificó la administración Trump como una “amenaza para la UE”, al nivel de China, Rusia o el islam radical.

En todas partes, interna y externamente, se incuban nuevas coaliciones de fuerzas que prefiguran un escenario inestable, totalmente diferente al que estamos acostumbrados.

Trump es el peor representante de lo mismo que propugna. Si llega a tener un final tempranero, eso no significa que termine su populismo nacionalista, sino que podría ser conducido por manos más prudentes.

Están cambiando los signos de los tiempos y estamos apenas en los inicios del movimiento de retorno de este péndulo. Eso no detendrá por siempre a la globalización, pero tendrá que renacer tomando en cuenta las falencias que nos llevaron a este impasse. Pero eso ocurrirá solamente cuando nos quitemos los lentes color de rosa que llevamos a la medida de nuestros deseos.

 

La autora es catedrática de la UNED.

 

 

Escrito por LLM. Velia Govaere Vicarioli
Coordinadora OCEX
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

El 22 de febrero del presente año, resultado de una labor multisectorial de los Ministerios de Comercio Exterior (COMEX), de Obras Públicas y Transportes (MOPT), de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) en alianza con el Consejo de Promoción de Competitividad (CPC) con la contraparte internacional del Instituto Coreano de Desarrollo, presentaron los Resultados del IV Programa de Intercambio de Conocimientos con la República de Corea”.

A partir del año 2004, el Ministerio de Estrategia y Finanzas de la República de Corea ("MOSF") y el Instituto de Desarrollo de Corea (KDI) iniciaron un proyecto de cooperación técnica con nuestro país bajo la rúbrica de un “Programa de Intercambio de Conocimientos (KSP)”, con el fin de compartir sus mejores prácticas con nuestro país, en aras de apoyar el diseño de políticas públicas orientadas a mejorar su competitividad, innovación y educación.

VGV visita a KoreaLos Programas de Intercambio de Conocimientos (KSP) buscan ayudar a los países socios en el ámbito del desarrollo a avanzar en su competitividad nacional y promover el progreso socioeconómico mediante intercambio de experiencias con Corea.

Desde el año 2013 y a lo largo de cuatro años, el Instituto Coreano de Desarrollo ha liderado este programa de cooperación con Costa Rica, contribuyendo con el establecimiento de hojas de ruta para fomentar la competitividad en áreas básicas de nuestro desarrollo. Han sido objeto de estudio y consiguientes recomendaciones de política públicas áreas temáticas ligadas al fortalecimiento institucional de la innovación, de fomento de PYMES a través de su mejor encadenamiento en las cadenas globales de valor, el impulso del recurso humano en ciencia y tecnología y al fomento de la competitividad de sectores endógenos relevantes para el desarrollo nacional.

En este año 2017, se entregaron los resultados del KSP 2016, con recomendaciones dirigidas al desarrollo de diversos proyectos, en materia de infraestructura, educación y política productiva. Las recomendaciones del KDI, presentadas en febrero de este año, son puestas a disposiciones de nuestros lectores.

De la mano de especialistas del MOPT se presentaron resultados y recomendaciones para el “Desarrollo de un Observatorio de Estadísticas del Sector Transporte e Infraestructura”. Gracias al intercambio de las experiencias y buenas prácticas en Corea se obtuvieron recomendaciones para la contraparte costarricense, con el objetivo de crear un observatorio para sistematizar la información requerida para la elaboración y procesamiento de indicadores clave que permitan una adecuada toma de decisiones en aras de una mejor planificación del sistema de transporte nacional. (a href="/ocex/images/stories/01._-Í-ª_1_Pedro_Luis_Castro.pdf" ">"er PPT del Dr. Pedro Luis Castro) y (Ver PPT del Dr. Kangsoo Kim).

En conjunto con el MICITT se presentaron dos proyectos:

El primero dirigido a la realización de “Proyecciones de empleo de largo plazo y planificación de la fuerza laboral para el personal de investigación en ciencia y tecnología en Costa Rica”. (a href="/ocex/images/stories/02._-Í-ª_2_Roberto_Cruz_Romero.pdf" ">"er PPT del Dr. Roberto Cruz Romero) y (Ver PPT del Dr. Jaemin Park).

El segundo revisó las mejores prácticas coreanas en materia de “Educación STEAM” (Science, Technology, Engineering, Arts and Math = ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemática)” a fin de trasladar esa experiencia en recomendaciones de política pública que permitan un desarrollo del recurso humano en Costa Rica ajustado a las necesidades de una sociedad del conocimiento. (a href="/ocex/images/stories/03._-Í-ª_3_Natalia_Flores.pdf" ">"er PPT de Natalia Flores) y (Ver PPT del Dr. Joonmo Ahn)

El último proyecto del KSP 2016 tiene el propósito de mejorar las capacidades endógenas de la industria de servicios exportables de salud en Costa Rica, para fortalecer su internacionalización y fomentar su regionalización.

En un contexto de varias décadas, la industria de estos servicios costarricenses se ha venido desarrollando y diversificando, de forma independiente a las políticas públicas y es, hoy en día, uno de los sectores con mayor potencial de crecimiento.

En este rubro, Velia Govaere participó en el desarrollo de un mejor ecosistema para la promoción de los servicios globales de salud, que integran sectores como el turismo médico y los dispositivos médicos, a fin de potenciar fortalezas presentes en el país, como lo son su propio sistema de salud, la excelencia de nuestros profesionales en esta área y la vocación del país tanto en turismo como en la provisión de servicios. (a href="/ocex/images/stories/04._-Í-ª_4_Massimo_Manzi.pdf" ">"er PPT de Massimo Manzi) y (Ver PPT del Dr. Jongyearn Lee).

Para la transferencia de sus mejores prácticas y como parte de un ejercicio de estudio de las experiencias coreanas, un equipo de especialistas viajó en enero de 2017 para conocer de primera mano, los lineamientos jurídicos de respaldo en los diferentes temas, la articulación de sus instituciones y el recorrido realizado, con errores y aciertos, de Corea, que así comparte con Costa Rica, de forma solidaria, las lecciones de su aprendizaje.

Ver noticia de la visita de la delegación costarricense al “Sun Medical Center Hospital”
http://health.chosun.com/site/data/html_dir/2017/01/18/2017011802372.html

 

En noviembre de 2016, el sorpresivo triunfo del Sr. Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas tomó al mundo con asombro. Tuvo lugar, entonces, un nutrido debate postelectoral que buscaba esclarecer hasta qué punto, en la administración que estaba por comenzar, deberían tomarse a la letra los exabruptos de campaña. No faltaron entonces quienes se confortaron con el pensamiento de atribuir la narrativa de campaña de Trump a una forma original y confrontativa de mercadeo político, presentándose como un candidato antisistema, frente a un electorado descontento que era un segmento nada despreciable del universo de votantes. Podía pensarse que esa retórica y, más importante, su implementación, se verían atemperados, una vez que fuera Trump presidente del país.

Sus planteamientos de campaña daban lugar a serias preocupaciones. Ellos estaban marcados por una peligrosa combinación de replanteamiento geopolítico, populismo nacionalista y proteccionismo comercial que, de ser efectivamente traducidos en políticas públicas, podrían significar el trastrocamiento del orden internacional vigente.

Una vez presidente electo, y antes de su toma de posesión, su retórica se reafirmó con el tipo de personalidades que fueron llenando la lista de sus nominaciones a los altos cargos de ejecutivo de los EUA. En sus primeros días de su mandato fue quedando cada vez más confirmado el carácter controversial que asumiría su administración así como la profunda división política que producirían sus políticas, tanto en su país como en el resto del mundo.

VGV adentro video TrumpDesde hace varios meses, OCEX ha seguido de cerca el desarrollo de la política electoral norteamericano, manifestando clara preocupación de la eventualidad realista de la elección de Trump y sus consecuencias, así como manifestando la importancia de comprender que Trump debía asumirse integralmente de acuerdo a su retórica, ya que no formaba parte de un fenómeno norteamericano excepcional o casual, sino que era parte de una tendencia internacional de contra-golpe populista contra la globalización, cuya reciente y fuerte expresión se había manifestado ya en el Brexit británico.

De ahí la importancia de analizar, desde los primeros días de su mandato, el posible significado de la presidencia de Trump, especialmente para Costa Rica. Con ese propósito, el 23 de Febrero, apenas un mes después de la toma de posesión de Trump, el Observatorio de Comercio Exterior (OCEX) de la UNED, en colaboración con la Comisión Asesora de Alta Tecnología (CAATEC) y El Estado de la Nación, abordaron la problemática planteada por el mandato del Presidente Donald Trump, a la luz de sus primeras iniciativas de gobierno y las perspectivas que de ellas pudieran derivarse para Costa Rica y para el Mundo.

La cita, que fue inaugurada por Lizette Brenes Bonilla, Vicerrectora de investigación y concluida con reflexiones de Velia Govaere Vicarioli, coordinadora de OCEX. Para hacer una reflexión de fondo, sobre los temas políticos, ambientales y de inversión las entidades organizadoras invitaron, entre sus miembros, a tres destacadas personalidades del ámbito nacional: Jorge Vargas Cullell, Director del Estado de La Nación, Pedro León Azofeifa, Vicepresidente de CAATEC y, desde CINDE, se contó con la participación de excepción de su mismo presidente, Luis Gamboa Arias, quien abordó tanto los peligros existentes en los patrones de IED en Costa Rica, como de las tareas nacionales pendientes en los temas de competitividad. El evento fue moderado por Ricardo Monge González, director de CAATEC.

Como introducción, Lizette Brenes inauguró el conversatorio vinculando la actividad dentro de los lineamientos estratégicos de CONARE, que dedicó este año a la vida, al diálogo y a la paz. Igualmente hizo notar algunos de los matices que se revelan en nuestra sociedad, con la presidencia de Trump, como la “sociedad del espectáculo”, la irrupción generalizada de la incertidumbre y el carácter contradictorio de las fuerzas dominantes en nuestras democracias, donde parecen, a veces, predominar las minorías sobre las mayorías. Resaltó, en este contexto, la importancia de reconstruir nuestra apreciación de la realidad, desligándonos de parámetros acostumbrados y analizando los acontecimientos desde otras perspectivas. Coincidió Brenes, en esto, plenamente con el análisis que en la conclusión hizo, al final, Velia Govaere, quien llamó a iniciar un proceso de deconstrucción de ciertas presunciones de larga data, establecidas como “evidencias” que son ahora puestas en cuestionamiento por los recientes acontecimientos políticos.

Don Jorge Vargas Cullell abordó el entorno político de la nueva administración norteamericana, sus posibles consecuencias para Costa Rica y las líneas de acción de nuestro país para prevenir los efectos no deseados de sus políticas, adaptarnos al nuevo entorno y mitigar sus impactos. Calificó como rasgo distintivos con que inició la administración Trump, su débil legitimidad, al haber perdido el voto popular y, sin embargo, no intentar ampliar su caudal social de apoyo, sino consolidar su relación con la base social que le permitió ganar las elecciones. Esto lo logra con acciones que constantemente crean situaciones de polarización y que sumen al país en constante conflicto. Se manifiesta, igualmente, la nueva administración por sus pocas capacidades político-tecnico-legal-administrativo. De esta baja capacidad técnica de sus operadores políticos dio muestra su primer decreto de prohibición de ingreso a los Estados Unidos de nacionales de seis países de mayoría musulmana, que fue posteriormente puesto en suspenso por un tribunal federal. Entre otras características señaló las coincidencias y contradicciones con su propio partido republicano así como el carácter disruptivo que presenta tanto en el orden interno como en el internacional, situación que puede dar lugar a desencadenar conflictos de una envergadura muy seria.

Entre las amenazas y riesgos para Costa Rica mencionó las diferencias entre las políticas de Trump y las tradicionales de Costa Rica, sobre todo en materia de derechos humanos, protección ambiental y apertura comercial. Esas diferencias se pueden convertir en directas amenazas en la medida que Costa Rica es fuertemente dependiente del mercado norteamericano, que es su primer mercado de exportación, así como de la inversión extranjera directa, cuyo origen más fuerte también viene de ese país. La confrontación de Estados Unidos con México representa una amenaza indirecta en la medida en que dichas tensiones repercutirán en Centroamérica y, por ende, en nuestro país.

Para enfrentar dichas amenazas, Cullell recomendó políticas de prevención, políticas de adaptación y políticas de mitigación, que concentró en fortalecer el brazo diplomático del país, ampliar los nexos con China, establecer alianzas estratégicas con países afines a la visión nacional de derechos humanos y protección del ambiente. Por otra parte, una de las grandes amenazas de Costa Rica es su propia vulnerabilidad, siendo la más importante de todas el déficit fiscal que obliga a un creciente endeudamiento externo, lo que coloca al país en condiciones de debilidad estructural frente a cualquier situación de disrupción del orden internacional.

Pedro Leon Azofeifa describió con gran grado de detalle las numerosas iniciativas contrarias a la protección ambiental que la nueva administración ha realizado en los escasos 30 días que tiene de gobernar. Aunque se pronunció por continuar e insistir en mantener los excelentes niveles de cooperación en materia ambiental que se consolidaron durante la presidencia de Obama, se mostró pesimista de las posibilidades que tiene Costa Rica de recibir los mismos niveles de apoyo de la cooperación norteamericana, bajo la administración del Presidente Trump.

El Presidente de CINDE, don Luis Gamboa, abordó una de las premisas fundamentales de la administración Trump: la búsqueda de paridad o superávit comercial de Estados Unidos con sus socios. Desde esa perspectiva comenzó por presentar un panorama de la situación del comercio internacional y de la inversión para Costa Rica, en la era de Trump. En primer lugar planteó la proporcionalidad de los problemas que tiene el comercio exterior norteamericano. Mostró que dos países, México (11%) y China (69%) acumulan entre ellos el 80% del déficit comercial que los Estados Unidos quieren remediar. En cambio, el comercio con la región centroamericana ocupa apenas el 1,3% del comercio agregado de Estados Unidos, teniendo además una balanza comercial favorable a esa nación. De esta manera disminuyó el grado de peligrosidad inmediata que tiene para CAFTA-DR la posible política comercial proteccionista de la administración de Trump.

Desde el punto de vista de las inversiones, don Luis presentó tres escenarios de políticas norteamericanas en las que podría decirse que Centroamérica es potencialmente vulnerable. Esos escenarios son: el Tax Holiday (exención de impuestos al retorno de capitales), la disminución hasta el 20% del impuesto corporativo y el Border Tax adjustment, que tasaría los insumos importados y permitiría eximir del impuesto de la renta de los insumos producidos en Estados Unidos. En estos tres escenarios, don Luis, se inclinó a valorar de forma disminuida el peligro de afectación de la inversión extranjera en nuestro país.

Pero, por otra parte, don Luis consideró que el mayor peligro inminente de una afectación nacional no se deriva de la presidencia de Trump, sino de los propios problemas nacionales de abandonado progreso de la agenda de competitividad nacional, con alto déficit fiscal, energía costosa, infraestructura atrasada, educación no alineada con las necesidades del mercado, baja capacitación técnica, política migratoria más flexible y, en general, poco progreso en los factores que determinan el lugar nacional en los índices del Doing Business, como la simplificación de trámites y otros.

De forma más amplia don Luis recomendó mejor aprovechamiento de los tratados comerciales que ya tenemos así como mejorar la diversificación de nuestros destinos preferenciales, como la Alianza del Pacífico, el TLC con Corea y con Asia, en general, profundizar el mejoramiento de políticas públicas dentro de los rangos de la OCDE, De manera que el presidente de CINDE consideró que. El presidente de CINDE concluyó su exposición llamando a promover la innovación nacional, pasando de simplemente hacer los productos en Costa Rica a participar, desde su diseño, en su creación. Don Luis resumió esa orientación con la consigna: “De hecho en Costa Rica, a creado en Costa Rica”.

Velia Govaere coincidió plenamente con estas apreciaciones. Para ella, la era Trump plantea, para Costa Rica, con mayor urgencia que de sólito, la necesidad de enfrentar sus propios desafíos nacionales desatendidos. “Nuestros ajustes no se sitúan en el comercio exterior” –señaló Govaere Vicarioli-, sino en las tareas de desarrollo interno que hemos descuidado. La nueva situación crea condiciones especialmente duras para llevar a cabo esas transformaciones”.

Así terminó esta actividad, con las reflexiones de Velia Govaere, quien manifestó que el fenómeno de Trump, así como el Brexit en Gran Bretaña, corresponden a consecuencias negativas no deseadas y no atendidas de la globalización, que han aumentado la desigualdad y propiciado la pérdida de empleos manufactureros en los países industrializados. La victoria de Trump sería, de acuerdo a Govaere, un subproducto de esa tendencia anti-globalización, pero las características personales de Trump hacen de él un fenómeno contradictorio: mientras el sector financiero apoya su orientación general de fomentar la repatriación de capitales, otras políticas confrontativas o desestabilizadoras del orden mundial, crean un ambiente de incertidumbre que le puede, más bien, debilitar. (Ver aquí las reflexiones finales de Velia Govaere).

La actividad fue transmitida en vivo por el Sistema de Videoconferencias de la UNED y tuvo amplio seguimiento, tanto presencial como por internet. Se recibieron elogiosos comentarios de participación internacional, posicionando a la UNED, de esta manera, en una de las más álgidas temáticas de interés nacional e internacional. La conferencia fue grabada y se puede acceder a ella en el siguiente enlace: http://videoteca_vau.uned.ac.cr/videos/video/2783/

El periódico Acontecer, de la UNED, realizó su propia reseña de la actividad. (Acceder a esa reseña en este link).

 

Escrito por MBA. Hellen Ruiz Hidalgo
Comunicadora estratégica, OCEX
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POR VELIA GOVAERE - ACTUALIZADO EL 28 DE FEBRERO DE 2017 A: 12:00 A.M.

HTTP://WWW.NACION.COM/OPINION/FOROS/NACIDA-AYER-MANANA_0_1618638128.HTML

En sus 40 efemérides, la UNED debería reevaluarse, sin egoísmos y sin intereses creados

La desigualdad es el corazón del rosario de nuestras agendas. Pobreza y brechas territoriales alimentan la exclusión social, como barreras que frenan todos los esfuerzos por mejorar el emprendimiento, disminuir el desempleo y superar la informalidad imperante en más del 40% de nuestra fuerza laboral. Por eso es pertinente revisar críticamente nuestros paradigmas y sus carencias.

A los 40 años de fundación de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), es hora de revalorizar una aplicación más holística de la modalidad educativa a distancia como instrumento de combate contra la exclusión social.

La educación pública es el mejor instrumento de promoción de inclusión e integración territorial. Pero ese continente es heterogéneo. Vivimos entre claroscuros, con avances y todavía mayores desafíos. Por eso tenemos el alma nacional dividida entre complacencia y autoflagelo.

Comencemos por hacer justicia al cumplimiento emblemático del Estado con la educación pública. Pocos países han hecho semejante sacrificio de inversión educativa. Costa Rica tenía, hasta hace poco, una ventaja de 15 años en Latinoamérica.

El peso de su presupuesto es mayor al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Eso debe contar para sentir orgullo. Pero, con relación a ese esfuerzo, tenemos una deserción que espanta y salimos mal parados en evaluaciones de desempeño. Por eso, la mejor defensa de nuestro modelo es hacerle ajustes para mejorar su rendimiento, aumentar eficiencia, adecuar programas y ampliar cobertura, sobre todo, universitaria.

Brusco corte. Este es uno de nuestros mayores problemas. El esfuerzo colectivo de equidad educativa sufre un brusco corte cuando se llega a la universidad. Ahí los exámenes de admisión no diferencian ni brechas de calidad entre educación privada y pública ni asimetrías derivadas de diferencias regionales. Tampoco atienden las necesidades de quienes quieren estudiar, pero necesitan trabajar.

La UNED es un esfuerzo señero del Estado. Su arquitectura se diseñó específicamente para combatir la exclusión educativa en todas sus facetas, la territorial, la laboral y la étnica. Nació hace 40 años y puso en su mismo nombre la palabra “distancia” que es algo más profundo que lo físico. Ese concepto incluye pero no se agota en lo territorial.

Es la primera casa de enseñanza que llegó a los lugares más recónditos, incluidas las zonas indígenas, haciendo uso de los recursos tecnológicos más avanzados en cada momento histórico.

Pero lo geográfico es solo uno de sus matices. Enfrenta también la exclusión de quienes quedan marginados por exámenes de admisión, a privados de libertad y a trabajadores y amas de casa que solo pueden optar por esta modalidad. Y no se limita a lo formal, sino que también promueve el empresariado, la gestión municipal y la organización comunal. En muchas comunidades rurales, el desarrollo social, educativo y local se encuentra estrechamente vinculado con la existencia, en la zona, de uno de los 34 centros universitarios de la UNED.

Precursora. La UNED aparece como hecha a la medida de problemas contemporáneos y de tecnologías de punta. Sin embargo, cuando la UNED se creó era más bien precursora para su tiempo.
Nació antes de que la desigualdad fuera tan rampante y en época en que se enseñaba por correspondencia, con apoyo de Correos de Costa Rica. Pero desde su diseño original buscaba ser paradigma de una oferta perfilada contra obstáculos, formativos, físicos y laborales, especialmente de la población más vulnerable y con menos oportunidades de acceso.

Antes, la UNED era una excepción. Hoy, debería ser una regla para superar el divorcio existente, en todas partes, entre el acceso a la educación superior y el contrato social de equidad.

En Costa Rica, la UNED representa la posibilidad de tener una respuesta estratégica a esa disonancia. Eso, si se le diera el peso político estratégico que verdaderamente amerita.

Dada la trascendencia de su misión, la pertinencia de su oferta con las TIC contemporáneas, su experiencia acumulada y la gravedad de nuestras brechas de exclusión y eficiencia educativa, cualquiera diría que Costa Rica invierte en esta modalidad con la medida que le dicta la conciencia equitativa que quiere imaginarse que tiene. No es así.

Mínima inversión. En mi opinión, nunca el Estado ha invertido tan poco en una misión tan grande. Por lo menos en lo que concierne a la UNED, en la lucha contra la exclusión social, el peso que el Estado le otorga a la modalidad a distancia es apenas un 7,5% de lo que invierte en educación superior.
Sin embargo, con ese escaso presupuesto se construyó una plataforma de aprendizaje en línea, con enseñanzas tan cruciales como matemáticas, ciencias naturales y salud y se está buscando mejorar la formación docente, nudo gordiano de nuestra eficacia.

También se intenta atender, lo mejor que permite la coyunda, la demanda de profesionales en ejercicio, con ofertas flexibles de posgrado. Pero todo eso se hace poniendo en tensión un músculo que no está ni suficientemente alimentado por el Estado, ni estratégicamente posicionado como eje político holístico en la lucha contra la pobreza.

La modalidad a distancia es un instrumento de menor costo para crear capacidades laborales técnicas, especialmente en las zonas marginadas y remotas y para ofrecer respuestas de reinserción a las poblaciones expulsadas del sistema educativo formal. Pero la UNED padece de la misma marginación que ella misma está destinada a combatir.

En tiempos de TIC, sería hora de un replanteamiento integral del espacio de la modalidad educativa a distancia en las políticas públicas nacionales. Una medida del demérito de este instrumento decisivo es que ningún precandidato hable de la educación a distancia. ¿No es extraño eso?

Esta benemérita institución nació ayer, pero está pensada para mañana. Es hora de que esto se entienda. En sus 40 efemérides debería reevaluarse, sin egoísmos ni intereses creados, el espacio estratégico que merece la educación a distancia en nuestras prioridades nacionales.

 

La autora es catedrática de la UNED.

 

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